jueves, 22 de noviembre de 2018

¿Quiénes son los verdaderos dueños de la famosa ciudadela inca Machu Picchu en Perú?

En Perú vive una mujer que dice ser la dueña de Machu Picchu y del terreno en el que los incas construyeron la famosa ciudadela.

Se trata de Roxana Abrill, quien asegura que el impresionante complejo arqueológico, le pertenece a su familia.

En 2003, Abrill interpuso una demanda de reivindicación de la propiedad contra el Estado peruano para que le devuelvan el terreno, ubicado en el sureño Cusco, o le paguen por este.
Tres años después amplió el reclamo para pedir que le restituyan las ruinas mismas.

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Mientras Abrill sumaba batallas legales, en la última década los restos incas no han hecho más que incrementar su fama: en 2007 fueron elegidos como una de las siete maravillas del mundo moderno y el número de visitantes se ha disparado hasta alcanzar entre 3.000 y 6.000 diarios.

Pero en Perú no solo Abrill reclama la propiedad de las famosas ruinas.

Blanca Zavaleta afirma que ella y sus hermanos son dueñas de los terrenos que rodean Machu Picchu y en los que se encuentran unos caminos incas, populares entre viajeros aventureros.
Zavaleta también demandó al Estado peruano en 2005 para que le devuelvan la propiedad que reclama.

¿Qué argumentos tienen ambas para decir que el principal monumento turístico de Perú y sus alrededores les pertenecen?

Compra de terrenos
Después de casi 300 años de despojos, expropiaciones y ventas durante el dominio español y parte de la república, el terreno donde queda Machu Picchu llegó a manos de Mariano Ignacio Ferro.
Entre 1904 y 1910, este terrateniente compró a una familia de apellido Nadal una propiedad de unas 22.000 hectáreas, que incluía la ciudadela.

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De hecho, Ferro ayudó a Hiram Bingham, el explorador estadounidense que dio a conocer Machu Picchu a todo el mundo, cuando este llegó a su terreno buscando "la última capital de los Incas".
Ferro le recomendó gente del lugar para que lo guiara, según cuenta el libro "El último secreto de Machu Picchu", del periodista Sergio Vilela y el historiador José Carlos de la Puente.

Después del estadounidense, empezaron a llegar cada vez más arqueólogos al terreno de Ferro para estudiar las ruinas, según detalla el libro.

En el texto, publicado en 2011 y reeditado en 2018, se lee que hubo un momento en que "Ferro fue notando que estas tierras le pertenecían cada vez menos".

Herencia
El terrateniente dejó su propiedad en herencia a su hija Tomasa, quien se casó con el abogado José Emilio Abrill.

Ante la creciente popularidad de Machu Picchu,Abrill empezó unas largas gestiones para que el Estado le expropiara los terrenos a cambio de una compensación.

Los gobiernos de la época se vieron incapaces de calcular el precio que debían pagar a la familia.
Mientras, en los años 40 del siglo pasado Abrill vendió el 80% del terreno a Julio Zavaleta, y se quedó con la parte en la que se ubicaba Machu Picchu y otras cuatro ciudadelas, con la esperanza de que alcanzaría algún acuerdo de expropiación con el Estado.

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Pero ese pacto nunca llegó, según las familias.

"El Estado había trazado una serie de normas sobre cómo se tenía que proceder en estos casos. Pero luego él mismo no respetó esas reglas de juego", comenta De la Puente, uno de los autores del libro y profesor de historia de la Universidad del Estado de Texas, en EE.UU., a BBC Mundo.

Una de las leyes a las que se refiere el historiador es aquella de 1929 que estableció que "todos los monumentos prehispánicos existentes en el territorio nacional pasaban a ser de propiedad del Estado peruano", según la historia que recoge "El último secreto...", y definió los pasos para expropiar e indemnizar a los dueños de los terrenos en los que se encontraran las ruinas.

Pero Roxana Abrill, bisnieta de Mariano Ferro y nieta de Tomasa Ferro y Emilio Abrill, asegura que Machu Picchu es de su propiedad.

Sostiene que la norma de 1929 no se aplica en su caso, porque los títulos de propiedad de su familia datan de entre 1904 y 1910.

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"No se puede separar el terreno de los restos arqueológicos", dice Abrill a BBC Mundo.

Su abogado, Fausto Salinas, defiende esta postura: "Antes de 1929, la ley decía que las construcciones (arqueológicas) seguían la suerte del terreno, por lo tanto, si uno era dueño del terreno, también era dueño de la construcción que había ahí", señala a BBC Mundo.

Las autoridades peruanas opinan distinto. "El Estado considera que no hay un derecho de reivindicación del predio y que éste es el legítimo poseedor y propietario", aseguró a BBC Mundo Henmer Alva, procurador del Ministerio de Cultura peruano.

Un juzgado de Cusco aún debe dictar sentencia en primera instancia en el caso de Abrill.

Mientras espera, la mujer siente que para el Estado "defender el patrimonio es no pagar a los Abrill".
"Eso está errado. Si uno quiere defender el patrimonio, primero tiene que legalizar los títulos", señala.

¿De todos?
En el caso de la familia de Blanca Zavaleta -que reclama la propiedad de los terrenos que rodean Machu Picchu- ya perdió contra el Estado en primera instancia y en una apelación.
El procurador del Estado peruano Henmer Alva dice a BBC Mundo que en este caso, "el juzgado concluyó que la expropiación se realizó de acuerdo a ley".

Pero los Zavaleta han elevado el caso a la Corte Suprema y esperan que esta falle a su favor.
El procurador del Ministerio de Cultura insiste en que "no existe un derecho de propiedad reconocido" de las familias y que "históricamente, el Estado ha sido siempre propietario de los terrenos".

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Más allá de las batallas legales, la mayoría de los peruanos sienten que Machu Picchu es de todos.

¿Cómo decirles que tal vez esto no sea cierto?

El historiador De La Puente cree que hay una confusión en asumir que todo patrimonio es propiedad del Estado. "No necesariamente es así", dice a BBC Mundo.

"Nuestro objetivo (al publicar el libro) no era abogar por la causa de Abrill", afirma, "sino pensar qué significa que Machu Picchu sea de todos los peruanos y qué responsabilidades asumimos al decir eso".

Mitos y Verdades de Machu Picchu Perú

Entre bosques nubosos y paisajes montañosos, la antigua ciudadela inca de Machu Picchu se alza entre los Andes. Es uno de los lugares más visitados en Perú y en el mundo. Pero las leyendas y mitos que ha inspirado no siempre se corresponden con la realidad.

Sobre el Valle Sagrado de los Incas, las famosas ruinas cautivan el interés de visitantes de todo el planeta. Muchos se preguntan si será verdad todo lo que escuchan sobre "la ciudad perdida" (si es que acaso lo era).

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¿Hubo alguna vez realmente un Imperio inca?

En BBC Mundo consultamos a un historiador del Parque Arqueológico de Machu Picchu, a un guía turístico del gobierno local y a un especialista en Patrimonio Mundial de la Unesco sobre los enigmas que despierta esta maravilla milenaria, considerada uno de los yacimientos mejor conservados de América del Sur... y uno de sus mayores misterios.

1. ¿Quién "descubrió" realmente Machu Picchu?


Se dice que el explorador estadounidense Hiram Bingham "descubrió"la antigua ciudadela inca. En julio se cumplieron 107 años de ese evento. ¿Mito o realidad?

"Según documentan muchos libros de historia, fue descubierto por Hiram Bingham en 1911. Pero Machu Picchu ya había sido descubierto en 1902 por un hacendado que vivía a las orillas del río Vilcanota y que se llamaba Melchor Arteaga", le cuenta a BBC Mundo José Luis Rosas Ramos, especialista en turismo del Gobierno Municipal de Machu Picchu.

El historiador cusqueño Donato Amado tampoco está de acuerdo: "Solo un espacio absolutamente desconocido se puede descubrir. Y Machu Picchu nunca estuvo oculto", le cuenta a BBC Mundo.

"Se puede decir que a Bingham estudió el lugar, pero no le corresponde su descubrimiento. Cuando él llegó ya había gente que lo conocía y hablaba de él. Sin embargo, organizó toda una expedición interdisciplinaria e hizo un gran trabajo de investigación", señala el experto, quien trabaja en la gestión del Parque Arqueológico de Machu Picchu.

César Moreno-Triana, especialista en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco para América Latina, destaca que "las muchas preguntas que rodean la historia de Machu Picchu siguen siendo de gran debate científico" y que la evidencia científica sobre su 'descubrimiento' a principios de 1900 todavía es escasa".

Moreno-Triana también dice que Bingham "jugó un rol importante a la hora de llamar la atención internacional del sitio arqueológico".

2. ¿Por qué fue construido en lo alto de una montaña?


Hay varias leyendas que explican por qué lo situaron allí: que el inca Pachacútec lo mandó construir tras derrotar a sus enemigos, que fue un lugar sagrado, cultos al Sol...


"Machu Picchu fue construido a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar en el punto en el que se encuentran los Andes peruanos y la Cuenca Amazónica. Puede que eligieran esa localización exacta por su importancia geográfica, pero es difícil de decir", le cuenta el experto de la Unesco a BBC Mundo.

Por su parte, Rosas señala que "los incas, antes de construir una ciudadela hacían un estudio. Para ellos, los cerros son Apus (dioses). Y el recinto de Machu Picchu estaba rodeado por tres Apus, 'protegido' por esas montañas".

"Además, quedaba en un lugar alto. Y ellos estaban en constantes enfrentamientos con la cultura chanca, que era guerrera. Por eso construían en zonas altas, para defenderse mejor", añade.

Donato Amado dice al respecto que los incas "tenían un conocimiento que les permitía determinar si el sitio era apto para establecer un pueblo, en este caso, uno que sería todo un centro administrativo, político y religioso desde el que gobernar el gran Vilcabamba".

El historiador asegura que "los últimos estudios han determinado que Machu Picchu fue el lugar desde el que los incas administraban su imperio. Y era adecuado que estuviera en la parte más alta en términos de estrategia militar".

3. ¿Era realmente el lugar al que el inca Pachacútec iba a descansar?

Se dice que era la residencia de descanso del primer gobernador inca, quien lo habría mandado construir en torno al año 1.435.
"Eso es lo que se dice", responde Rosas. "Pero otra teoría dice que fue un lugar importante de estudios científicos, ya que llevaban a los mejores sacerdotes, ingenieros y especialistas. Yo creo que esa es la versión más acertada".

"Sin embargo, no se puede decir del todo que la otra versión sea un mito... La historia del inca no se puede explicar a un 100% porque no tuvieron escritura. Si la hubieran tenido, quizás podríamos saber hoy muchas más cosas".

El historiador Donato Amado es más contundente: "Hay que desmitificar esa historia porque hay un error de interpretación de un documento de 1568 por parte del arqueólogo y antropólogo John Rowe.

"Ese documento contiene una entrevista a descendientes de Pachacútec que cuentan que cuando llegaron los españoles dijeron que todas esas tierras eran suyas y que fueron señaladas para las momias de los incas gobernantes. Por eso se asumió que era un mausoleo inca".

"Y tampoco pudo ser un centro veraniego de recreación para el inca Pachacútec y su familia. Sí fue, en cambio, un gran centro administrativo, político y religioso".

4. ¿Cómo se mantuvo tan bien conservado durante tanto tiempo?

Los muros y construcciones incas de Machu Picchu están prácticamente intactos salvo los techos, que con el transcurso de los años y las abundantes lluvias han ido desapareciendo. Han pasado cinco siglos, ¿cómo lo lograron?
"La construcción de Machu Picchu es un testamento de las notables técnicas que emplearon los incas", responde Moreno-Triana.

Rosas explica que las terrazas de cultivo (una amplia red de andenes escalonados) "fueron muy importantes para su conservación porque servían de sistema de drenaje, por eso se mantiene intacta toda la ciudadela. Y también por la leve inclinación y encaje de los muros".

"Incluso sobrevivió a los dos terremotos que hubo en Cusco (1650 y 1950) que destruyeron la construcción colonial, pero no la inca".

Aunque hay otro motivo: "La intención de los españoles cuando llegaban a un lugar arqueológico era destruir y saquear. Pero los españoles no llegaron a Machu Picchu. Por eso se mantiene tan bien", dice Rosas.

Amado agrega que los españoles de la época no pudieron acceder ni con sus mulas ni con sus caballos a Machu Picchu porque el emperador Manco Inca había destruido y levantado todos los caminos que llegaban a Machu Picchu, o al menos las partes más difíciles de cruzar, cuando se retiró, en 1539.

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Pero el historiador señala que sí lo hicieron después: "Eso de que los españoles nunca llegaron es un mito", señala.

"En 1572, el virrey español Francisco de Toledo mando repartir tierras para 52 familias trasladadas de las ocho parroquias de Cusco, para la creación de la ciudad de san Francisco de Victoria. El último descendiente, ya anciano, abandonó las tierras y el pueblo. Por eso entre 1849 y 1911 no hubo gente habitándolo", dice Amado.

"En todos esos años crecieron árboles gigantes. Por eso Bingham se encontró un pueblo abandonado que se mantenía intacto detrás de esos árboles".

Moreno-Triana agrega que esa vegetación y su aislamiento "garantizaron la conservación de su arquitectura", y señala que las excavaciones arqueológicas tras el "redescubrimiento" en 1911 "han seguido prácticas y estándares internacionales".

5. ¿Era realmente una "ciudad perdida"?

En un momento de la historia, Machu Picchu se llegó a considerar una ciudad perdida. ¿Es cierto?

"Era un lugar sagrado, pero no una ciudad perdida ni un refugio secreto", dice Rosas.

"Pero cuando los españoles llegaron a Cusco se dice que los ancestros ya no estaban: los incas agarraron todas las cosas de valor de Machu Picchu y se fueron a un lugar desconocido, a Paititi, la 'ciudad dorada'. Lo quemaron todo y se fueron", explica el guía turístico.

"Y algunos españoles, cuando llegaron a Machu Picchu, pensaron que era la 'ciudad dorada' de la que habían leído en las crónicas".

"Lo de la ciudad perdida es un mito", añade Amado. "Pero había intereses de que se mantuviera. A finales del siglo XIX y principios del XX el mito era apremiante. En Cusco se hablaba de esa 'ciudad dorada', en alguna parte tenía que estar aquel tesoro inca...".

6 ¿Está en peligro de desaparecer?


Algunos reportes de prensa dicen que el cambio climático y el exceso de turistas podría hacer desaparecer Machu Picchu y que "se está degradando a un ritmo nunca antes visto".

"Si hay gente que se atreve a decir algo así, probablemente sea de forma malintencionada. Me parece fuera de lógica. Sí, hay una gran afluencia de turismo, pero esperamos que no afecte a su conservación", dice Donato Amado.

"Los cusqueños, el estado peruano y el mundo tenemos la gravísima responsabilidad de mantener vivo este patrimonio mundial. No solo para que genere un discurso bonito, sino para que quede a las generaciones posteriores y para que no tenga sentido formular esa pregunta".

Además, el especialista de la Unesco Moreno-Triana señala que las autoridades de Perú "son responsables de su protección y trabajan continuamente para mitigar los posibles impactos del turismo, los desastres naturales y los efectos del cambio climático".

"A pesar de que se encuentra en excelente estado de conservación, es indispensable asegurar una política adecuada de protección a mediano y largo plazo para contrarrestar esas amenazas. La falta de un control efectivo y de una prevención óptima podrían poner el sitio Patrimonio Mundial en estado de peligro".

Luis Rosas, quien trabaja para el Gobierno Municipal de Machu Picchu, ha visto de cerca esas amenazas.

"Hace dos años vino un grupo de geólogos coreanos y revisaron los puntos de movimiento y deslizamiento de muros", recuerda.

"Dijeron que hay un desprendimiento y una separación de 0,5 milímetros debido a la cantidad de turistas que lo visitan y por las constantes lluvias. Por eso recomendaron que en algunos puntos el acceso sea limitado al turista. Eso ya lo estamos haciendo en el sector del Intihuatana, en donde solo se pueden tomar la foto y pasar rápido".